Si sos malhumorado y lo sabés, probablemente te estás autosaboteando (¿Te interesa saber cómo?)

Yo puedo ser muy organizada en muchas áreas de mi vida. Puedo ser muy disciplinada y de verdad comprometerme a hacer algo y de hecho asegurarme de llegar a la meta. Me comprometí a entrenar en solitario como si fuera un atleta profesional (De hecho, entrené con profesionales en Costa Rica así que digamos que “me puedo” el proceso). Pero cuando se trata de autodestrucción, he ganado algunas y perdidos otras.

Nada interfiere con mi entrenamiento, cada vez que veo que la duda está a punto de entrar la esquivo. Pero la cuestión con la autodestrucción es que es un hábito y uno muy sutil. Es un hábito que se convierte en una segunda naturaleza y por ello cuesta detectarlo.

Mostrame un ciclo que querrás romper y yo te voy a enseñar un hábito de autodestrucción. No he explicado a lo que me refiero por autodestrucción porque creo que se explica solo, pero voy a agregar que para el argumento de hoy a esto es a lo que me refiero cuando hablo de comportamiento auto destructivo “cosas que hacemos que van en contra de los resultados que queremos alcanzar”. También lo podrías llamar comportamiento de autosabotaje si te suena mejor.

Por mucho tiempo tuve síndrome de fatiga crónica. Me hacía sentir malhumorada y cansada todo el tiempo. Simplemente quería dormir, pero dormir era algo muy difícil de hacer, no podía dormirme y como resultado estaba cansada, crónicamente cansada.

La mayoría de los días me despertaba feliz, pero después, con el pasar de las horas, mis niveles de energía no eran los óptimos y eso causaba que no quisiera trabajar. Yo tenía mi propio proyecto así que cada vez que no podía trabajar, perdía dinero, pero más importante, me sentía mal conmigo misma. Siempre había días en los que no estaba en condiciones para ejercitarme como yo sabía que podía, porque no me estaba sintiendo energéticamente en un buen nivel. Debés de entender, los deportes y el ejercicio son parte de mi identidad. Han sido mi mundo desde que era una pequeña niña. No poder tener la energía para jugar o ejercitarme no era solamente raro sino que también terreno fértil para la depresión.

Yo sé que no era una atleta profesional, pero vivo y muero con los deportes (pausa para dramatismo), no poder tener la capacidad de estar en ese mundo es una sensación no de impotencia, pero de muerte; Muerte de tu propósito, individualidad y de tu lugar en el mundo.

Tengo hipotiroidismo, una enfermedad metabólica de carácter crónica que afecta tus niveles de energía y te hace sentir cansado. Si lo ves desde una perspectiva médica podrías decir que tenía todo el derecho de sentirme cansada y no estarías equivocado, ¿Pero no te atraje hasta este post para nada verdad? Verás, tal vez no soy culpable de tener una enfermedad, pero si lo soy de no tomar en cuenta dicha enfermedad al diseñar mi estilo de vida.

Empecé a notar que no tenía una rutina de sueño ni tampoco una de alimentación. Eso de por sí ya es suficientemente nocivo para una persona sana, aunque probablemente los síntomas y problemas que vienen con esa situación tomarían más tiempo en desarrollarse y lo más seguro es que tú podrías vivir con ellos incluso sino te gustan, pero para una persona enferma con mi condición es como el apocalipsis todos los días. Bueno, tal vez no así, hay enfermedades mucho más graves que esta, pero hombre, si que te puede reducir la calidad de vida bastante.

En ese momento identifiqué que no tener una rutina de sueño ni de alimentación era un problema, Pero ¿cómo puede una persona como yo, que es muy disciplinada, equivocarse en algo tan sencillo, al menos para alguien tan acostumbrada a adherirse a rutinas? No tenía ningún sentido. Y entonces algo pasó: Una revelación. Un momento de iluminación. Me di cuenta de que mi vida no iba a colapsar si me quedaba en la casa en vez de salir con mi novio de tantos años. Permitime un segundo, ya te explico.

Mi novio tiene una empresa de arquitectura; entonces, ha desarrollado una forma muy particular de trabajar. Tiene la libertad de escoger su horario de trabajo – al menos para el trabajo creativo y de diseño- y resulta que le encanta trabajar de noche. Cada vez que me quedaba en su casa, él trabajaba en su cuarto con la luz encendida, no me podía dormir con esas condiciones. Lo peor, al amanecer, después de no haber podido dormir nada no podía despertarme a la hora a la que tenía que hacerlo para tomarme mi medicamento. Para agregar a la situación, debido a que probablemente se acostó a las 3:00 a.m. se estaría despertando hasta las 10:00 a.m. Y para ese tiempo, yo tenía que trabajar, así que no íbamos a poder tener tiempo de calidad juntos y eso me enojaba. Para empeorar las cosas, muchas veces no tenía nada para cocinar en su casa, así que para el momento en que se despertaba yo estaba hambrienta, con sueño y malhumorada y todo lo que podía pensar era en regresar a mi casa y trabajar.

Lo importante de lo que te estoy contando es que en muchas de esas ocasiones yo de hecho tenía mucho trabajo que hacer, pero no podía hacerlo porque:

  1. No estaba en mi casa
  2. Ya estaba demasiado cansada y enojada con Kevin (el novio) al momento que llegaba a mi casa
  3. Para el momento en él llegaba a mi casa ya era muy tarde y eso interrumpía mis rutinas lo que causaba que me enojara conmigo misma y luego con él otra vez y luego enojada con mi enfermedad y enojada conmigo misma una vez más

En una ocasión en la que salimos a cenar, él me dijo que más tarde esa noche iba a salir con sus amigos y me hizo saber que si yo quería ir también que era bienvenida. Naturalmente como sentí que no estábamos pasando tiempo de calidad juntos y de hecho divirtiéndonos, pensé que era una decisión pobre de su parte porque sabía que quería salir con sus amigos y esa salida no era realmente mi estilo. Yo ya sabía que iba a pasar si salíamos; me iba a aburrir. Y entonces un golpe de claridad, si no salía con él esa noche, podría acostarme a dormir en el horario adecuado y además iba a amanecer en mi casa, donde siempre hay buena y nutritiva comida, y hey, mi oficina está ahí también; podría terminar mi trabajo.

Aunque si quería salir con él, principalmente porque me gusta tomar un par de cervezas, el prospecto de quedarme en mi casa, con todas las ventajas que eso significaba, parecía como la opción correcta para mí. Y esa noche fue la primera noche que dije que no a salir a disfrutar entre amigos y bebidas (no tengo una adicción al alcohol, tengo una adicción a las salidas 😊) y realmente estar segura de que quedarme era lo que quería hacer.

¡Las rutinas metabólicas son una gran cosa!

Era el inicio de algo bueno. Una vez puse a mi cuerpo en una rutina mis niveles de energía empezaron a estabilizarse y pude regresar al ejercicio y al mundo productivo otra vez.

Quedarme en la casa me hizo darme cuenta de otras cosas también. Noté que no estaba teniendo suficiente tiempo privado, porque la mayor parte de mi vida social la compartía con él. Parte del problema es que estaba saliendo demasiado con él y no estaba haciendo muchas cosas por mi cuenta, ni con mi gente ni sola. Tuvimos una conversación en la cual le pregunté cómo se sentiría si él tuviera que pasar la mayoría del tiempo con mi familia y amigos y entonces él supo en ese momento que eso sería tan despersonalizador para él como lo fue para mí. Incluso cuando mis amigos son hombres y mi novio se lleva muy bien con ellos, necesitaba tener tiempo solo con ellos para disfrutar mi personalidad con el grupo ridículo que compone nuestro squad.

En cuanto a mi durmiendo en su casa, se nos ocurrió un arreglo que funcionara bien para los dos, lo que me ayudó muchísimo con mi humor.

La moraleja de la historia es que debés de empezar a respetar tus límites, si te los saltas entonces estás actuando en contra de lo que querés lograr. Estás auto saboteandote.

En la actualidad, trato de ser muy consciente de mis necesidades y rutinas. Trato de respetar mis rutinas porque sé que irrespetarlas crea otro tipo de rutinas, la rutina de la hijueputa malhumorada. Aquella en la que yo estoy cansada y enojada todo el tiempo porque no dormí ni comí en una forma en la que mi cuerpo enfermo se pudiera beneficiar. Aquella en la cual no podía decir no y entonces provocándome todo tipo de malas consecuencias. Aquella en la que no respetaba mis necesidades de sociabilización y de tiempo a solas, causando que me sintiera triste y enojada al mismo tiempo.

Yo sabía que quedarme en su casa generaría problemas con mis rutinas y aún así lo hice, eso es autosabotaje. Felizmente anuncio que ahora puedo ser una hermosa hdp porque así lo decido y no resultado de autosabotaje.

¿Y vos? ¿De qué formas sos autodestructivo?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

4 + 5 =